Una consulta bastante frecuente en la clínica hace referencia a la insatisfacción de algunos clientes a los que no les gusta como quedó su cirugía de nariz y consultan otros cirujanos buscando una solución a su problema:
Me operé de la nariz, me cogieron la punta, pero esto no fue suficiente, sigue sin gustarme la forma de mi punta de la nariz ¿necesitaré injertos de cartílago de mi tabique nasal?
Cuando la primera rinoplastia falla, el paciente se informa mejor y pregunta por otras opciones posibles. Este paciente acude a consulta con la «lección aprendida», es decir: con la convicción y los datos necesarios para preguntar sobre otras opciones que se le pueden aplicar para mejorar el resultado de su nariz.
¿Es siempre suficiente con suturas?
La realidad es que no. O bien porque los cartílagos son muy blandos, o bien porque su forma no lo permite, en estos casos es necesario el uso de injertos por encima de los propios cartílagos y esto es lo que usará el cirujano plástico para dar forma a la nariz y conformar la punta nasal deseada.
Uso de injertos en cirugía de la nariz
Lo más idóneo es tomar los injertos del propio tabique nasal del paciente. Si se trata de una cirugía secundaria y ya no podemos tomar el injerto del tabique, el cartílago de la oreja también nos puede servir.
Existen distintas formas de proceder, pero en esta entrada vamos a tratar el injerto infradomal o predomal, que se convertirá en el responsable de modificar el ángulo columelo-lobular, o dicho de otro modo: cambiar el ángulo que se forma en la transición entre los orificios nasales y la punta nasal. Muchas veces sólo nos fijamos en el ángulo nasolabial, pasando por alto este ángulo el cuál considero más importante que el primero.
Acabamos esta entrada con algunos casos de Rinoplastia tratados en nuestra clínica:
